Primera Impresión

No existe segunda oportunidad para primera impresion

Por lo general trato de no hacer un juicio de una persona al momento de conocerla; simpre trato de dar algún tipo de "beneficio de la duda" pues ¿Quien soy para etiquetar/juzgar a otra personas?

Pero la historia es diferente cuando te tratan de juzgar a ti, ya que cada quien tiene una "Mochila de Valores" donde se mezclan tanto crianza hogareña, experiencias adquiridas con la edad, y la del sentido común sui generis de cada persona.

Al autor le importa poco lo que piense de el en la primera impresión, siempre piensa que habrá una segunda para emendar errores de la primer encuentro. Ademas se suma la facilidad con que el personaje en cuestión, tiende a "caer" en una situación social determinada,no tiende hacer el "Ogro" con cara de pocos amigos,sino mas bien una persona simpática y hasta cierto punto amistosa.

No fue sino hasta hace poco días que este simpático actor de la tragicomedia de la vida, se vio en una situación peculiar en la que la primera impresión adquirió una importancia notable: Conocer a una Dama que era a mi gusto.

No basto la preparación física y siquiera perfume, pues ya estos estaban cotejados en la lista de quehaceres antes del encuentro, sino fueron cosas que le habían ayudado en el pasado en entablar relaciones pasadas.Fallo la confianza propia y con eso cobro vida el nervisismo tipico de situaciones de estress.

Todo concluyo con un halagador "Frustrado" de la Dama,pero algo en su tono me invita a pensar que no era un halago del todo. Con un amargo sabor me despedí, sabiendo que había destruido cualquier posibilidad de construir una amena amistad con esa muchacha.

Al final del ida reflexione sobre ello;no es justo que nos etiqueten solo por proyectar una pequeña porción de nosotros mismos, en una situación X o Y del día, en la que conozcamos a alguien. Independientemente de lo que la gente cree que seamos, lo que importa realmente es lo que nosotros nos creemos valoramos y la gente que nos quiere cree de nosotros.Pero para que la gente nos quiera, tenemos que pasar una épica primera impresión