Cuando hace cien años que no te veo
y faltan cien años para que me veas,comienzo a alimentar a la esperanza
con dulces, saladas, sabrosas promesas
Le digo a la esperanza que quizá
me mires con luciérnagas en los ojos
y me cuentes con alondras en la boca
qué has hecho este tiempo,
dónde has andado,
con quién has estado
–y ojalá por qué no conmigo–
Que quizá me hables de todos los libros
y las películas que no te han hecho llorar,
pero casi
Que quizá me recuerdes viajes o sueños,
me recuentes escalones de una torre
o me ilustres esculturas con datos:
"sus manos son desproporcionadas...",
"dijo que sólo le faltaba hablar..."
Que quizá me describas un mar nublado
o un cielo embravecido.
Que quizá me digas: "tu pelo", "tus manos"
"tu vestido"
Que quizá me derrita y quieras.
Le susurro a la esperanza que ojalá
confieses que me has llevado
contigo
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