El sonido de las carcajadas, gente riendo, gente siendo feliz, se escucha a lo lejos. Como suele pasar una que otra vez, el decide alejarse de la multitud. Quiere adentrarse a su mundo, escuchar sus pensamientos. Algo no le encajaba en esa noche; donde todas sus fantasías carnales estaban a menos de una copa de realizarse.
Pensaba en una mujer, de esas mujeres que son difíciles de olvidar, de esas que su imagen se ven mas claras en la mente cuando el alcohol esta en la sangre. Recordaba sus conversaciones, su piel, su sonrisa, su cabello. Todo lo que evocaba de ella, lo llenaba de un sentimiento melancólico, sordo y hasta cierto punto irracional.
Se sentó y vio e cielo oscuro, la noche, cerro los ojos y vio su cabello. De momento, corrió una lagrima solitaria en su mejilla. Se dijo así mismo, un pensamiento que cruzo justo cuando salio la lagrima: La vez que me sentí, que me hiciste creer que yo era especial, que algo en mi te atrapaba, que todo seria diferente esta vez.
Bebió lo que quedaba de su trago, sabia que si volvía a la fiesta se olvidaría de todo eso. Pero algo lo anclo, algo en la noche lo absorbió
30/3/14
28/3/14
Sabia que esa noche no seria como otras... Había un olor en el aire, un olor sui generis, de sexo, alcohol y desenfrenos. El fue al lugar donde quedaron, al sitio donde todas las personas irían a pasar el rato, para todos ellos las intenciones de estos dos amantes clandestinos era desconocida.
Bailaron, bebieron y fumaron. El pensó que iba suceder como todas aquellas noches en las que se entregaba a una cualquiera, a quitarle el peso de la soledad. Una noche mas de desenfrenos, una noche mas con alguien mas.
Se apartaron del grupo y se sentaron juntos, tan juntos que el podía oler la fragancia, acariciar su piel. No se pudo controlar,el mordió su cuello, le halo la cabeza y la puso en su dirección. Se volvió un animal, una bestia que estaba listo para engullir su presa.
De sus labios surgió un murmullo en forma de pregunta ¿Te puedo besar? lo cual ella hizo, lo beso, luego el prosiguió en liberar su deseo, su mal salvaje deseo de poseerla.
Así paso la noche, llena de besos, de lujuria. estaban tan borrachos de alcohol, mas no de pasión, que dio la hora de ella marcharse. El no dejo que se fuera, sin antes un beso. Su ultimo beso fue como el de una película de Woody Allen. Después de ese beso, se rieron y despidieron con una sonrisa.
Antes de dormir, el ya acostado, esperando a que los efectos de esa noche llena de alcohol y desenfreno se drene de su sistema, alcanza su teléfono móvil y habla con ella. El le dice que espera que eso no sea de una sola noche, que sea la primera de muchas, Ella, le responde con un claro y contundente vamos a ver....
Bailaron, bebieron y fumaron. El pensó que iba suceder como todas aquellas noches en las que se entregaba a una cualquiera, a quitarle el peso de la soledad. Una noche mas de desenfrenos, una noche mas con alguien mas.
Se apartaron del grupo y se sentaron juntos, tan juntos que el podía oler la fragancia, acariciar su piel. No se pudo controlar,el mordió su cuello, le halo la cabeza y la puso en su dirección. Se volvió un animal, una bestia que estaba listo para engullir su presa.
De sus labios surgió un murmullo en forma de pregunta ¿Te puedo besar? lo cual ella hizo, lo beso, luego el prosiguió en liberar su deseo, su mal salvaje deseo de poseerla.
Así paso la noche, llena de besos, de lujuria. estaban tan borrachos de alcohol, mas no de pasión, que dio la hora de ella marcharse. El no dejo que se fuera, sin antes un beso. Su ultimo beso fue como el de una película de Woody Allen. Después de ese beso, se rieron y despidieron con una sonrisa.
Antes de dormir, el ya acostado, esperando a que los efectos de esa noche llena de alcohol y desenfreno se drene de su sistema, alcanza su teléfono móvil y habla con ella. El le dice que espera que eso no sea de una sola noche, que sea la primera de muchas, Ella, le responde con un claro y contundente vamos a ver....
23/3/14
A Paola
Todo lo que de ti quisiera
es tan poco en el fondo
porque en el fondo es todo
como un perro que pasa, una colina,
esas cosas de nada, cotidianas,
espiga y cabellera y dos terrones,
el olor de tu cuerpo,
lo que dices de cualquier cosa,
conmigo o contra mía
todo eso es tan poco,
yo lo quiero, porque te quiero.
Que mires más allá de mí,
que me ames con violenta prescindencia
del mañana, que el grito
de tu entrega se estrelle
en la cara de un jefe de oficina
y que el placer que juntos inventamos
sea otro signo de la libertad
17/3/14
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